Conexión Berlin

En 1697, el Rey Sol, Luis XIV, acabó con sus ambiciones continentales insatisfechas a pesar de haber transitado una década de guerra. Mientras tanto, el rey William III de Inglaterra se había relajado en su nuevo trono como nunca antes había podido hacerlo. Con la crisis de sucesión al trono español aún sin resolver y pulsando, no existían sueños al respecto de un nuevo siglo menos agitado. Pero ni Francia ni Inglaterra podrían haber anticipado el torbellino de los años venideros: una segunda Guerra de los Cien Años durante la que dos temerosos adversarios competirían feroz y orgullosamente a través de todos y cada uno de los ejes del éxito humano. En los campos de guerra, desde India hasta Canadá o el Mar Caribe sus ejércitos y flotas combatirían sin descanso; en las cantinas francesas y las tiendas de café inglesas se irían gestando los nuevos modelos económicos y políticos el mundo; y, por último, una revolución produciría el más grande cimbronazo de la sociedad moderna. Una revolución que podría no haber terminado con sangre y horror, sino con el triunfo de la democracia y la libertad, lo que podría haber transformado el mundo más allá de nuestra imaginación.

Imperial Struggle es un juego para dos jugadores retratando la rivalidad de Francia y Gran Bretaña durante el siglo XVIII. Comienza en 1697, mientras ambos reinos esperan al nombramiento del heredero al trono español, y termina en 1789, cuando el nuevo orden tomó la Bastilla. El juego no se trata meramente sobre guerra: tanto Francia como Inglaterra deben construir los cimientos de la riqueza colonial, lidiar con otras naciones europeas y competir por la gloria de la humanidad.

Imperial Struggle cubre casi 100 años de historia y cuatro grandes guerras. Pero incluso así mantiene una complejidad media, pudiendo jugarse en una corta tarde. Apunta a honorar a su antecesor espiritual, el juego Twilight Struggle, al empujar aún más en dirección a reglas simples para crear sistemas de juego dinámicos, todo mientras se intenta mantener un sentido de escala global y de repaso histórico en el plazo de unas horas.

Durante los turnos de paz, cada participante construirá sus intereses económicos y sus alianzas, y sacará provecho de eventos históricos representados en las Cartas de Evento. Deben elegir sabiamente sus inversiones, al mismo tiempo que intentan negarle oportunidades a su oponente. Durante los turnos de guerra, cada amenaza puede resultar en grandes recompensas de prestigio tras la conquista, aunque las ganancias pueden desaparecer en las mesas de tratado. Al final del siglo, ¿podrá Gran Bretaña regir sobre un imperio en el que no vuelva a ponerse el Sol? ¿O podrá Francia iluminar el sendero del mundo, como sueña el poderoso Rey Sol o la República de Lafayette?